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  • Foto del escritorRodrigo MARTINEZ GOYENA

Emprender a los 63 años: mi papá


“Hola Ro. Voy a renunciar”. Esa tarde tuve una call con Facebook Buenos Aires en donde la emoción se materializaba en mis ojos brillosos; estaba emocionado, orgulloso, feliz, y lo sigo estando.


Me puedo imaginar a mi mamá y mi papá, en el living de su casa, conversando sobre la decisión a tomar; una deconstrucción y reconstrucción, saliendo de la zona de confort, migrando hacia un estilo de vida diferente colmado por incertidumbre y riesgos por asumir. Reinventándose, por elección, a los 63 años.


¿Hay edad para emprender?
¿Qué es emprender?
¿Hay edad para cumplir sueños?

¿Hay edad para emprender? vs. ¿Hay edad para cumplir sueños?

¿Qué es emprender? ¿Cuál es el concepto que hay sobre emprender? ¿Cuál es la definición que enseñan y/o cuentan sobre el emprender? La Real Academia Española define al emprender como “acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro”. En otras palabras, podría decir que emprender es llevar adelante una acción, pero pareciera que solo se le atribuye la etiqueta de “emprendedor/a” a aquella persona cuyo “éxito” se ve reflejado en la creación y/o ejecución de actividades relacionadas a algún tipo de organización y/o negocio.


El emprendedurismo puede ser analizado desde su funcionamiento social, considerando las formas que adopta su práctica y los objetos en los cuales se materializa. Las etiquetas sociales, las variaciones/desviaciones, la educación, radica dentro del conocimiento de quienes están dentro del ecosistema emprendedor; pero también hay saberes dentro de las normas de vida de la población. Parafraseando a Foucault, el emprender sería, en una época y sociedad determinada, lo que se halle práctica o teóricamente basado en organizaciones y/o negocios. ¿Emprender es solo eso?


Las nuevas disciplinas, ciencias, estudios modernos del ámbito empresarial, pasan a ser resultados de una materialización ejecutada previamente por personas quienes pueden o no ser emprendedores/as (bajo el concepto tradicional de Emprender). Por ende, el emprender pasa a ser objeto de análisis histórico a pesar de que solo es visibilizado como la creación y/o éxito en organizaciones/negocios. Incluso podría ser articulado con diferentes disciplinas, aunque, para ello, sería necesario/interesante salir de sus ámbitos tradicionales y juzgar los propios saberes actuales, no solo desde el saber técnico sino también desde el territorio de las limitaciones del propio saber, de los procesos de formación, de los objetos de su conocimiento, y del modo de la creación de sus conceptos.


Si un día decido pintar de color azul la cocina de mi casa, ¿estoy emprendiendo? Si. ¿Por qué? Porque se trata de sentir un cambio, idear un cómo (materializar la idea en un comportamiento), y ejecutar. Un negocio es una materialización de una o varias ideas, bajo la capacidad de haber “visto una oportunidad” (en palabras socialmente aceptadas), saber cómo ejecutarlo, y efectivamente hacerlo.


Juzgo que gran parte de las personas (que pueden) bailan, o han bailado en algún momento de su existencia. Dentro del marco global de quienes bailan, o han bailado, hay diferentes escalas de periodicidad/intensidad haciendo que, entonces, haya personas que se dediquen/vivan del baile. Pero, evidentemente, es algo natural y presente en cada persona. ¿Puede ser que sea algo similar con el emprender? Toda persona, en su día-día, emprende ya que siente algo, idea un cómo, y ejecuta; algunas personas lo hacen más seguido, toman más riesgos, tienen diferentes ambiciones, más claridad, más placer por la actividad, etc.


Hay algo más interesante aún respecto al emprender. Hago un match entre la definición “llevar adelante una acción” y la concepción moderna, y cada vez más popular, sobre “descubrir los propósitos personales”: en cada materialización de una idea, se halla una exposición personal; es decir, la persona se expone al mundo mostrando parte de si lo cual, puede o no, generar cierta vulnerabilidad (considerando que las personas no tienden a mostrarse tal cual son, sino que persiste cierto misterio haciendo que la vulnerabilidad sea incómoda). En esa exposición se halla un aprendizaje; no toma relevancia si es bueno o malo. Tal aprendizaje permite, justamente, aprender respecto a la idea, al cómo, al ejecutar y, sobre todo, al autoconocimiento. ¿Me gusta o no esta idea? ¿Disfruto o no de esto? ¿Me siento bien o no? En el descubrir y crear las verdades personales, radica la continuidad de tales acciones. Por lo tanto, mientras más ideas materialice, más exposiciones haré, más aprendizajes tendré, y, más autoconomiento lograré. Al escucharme y hacerme caso, entonces, más posibilidades hay de que empiece a caminar yendo hacia las actividades que nutren a mi ser. Entonces, digo, el emprender es mucho más que solo un concepto ligado al desarrollo, creación, y/o éxito en el plano organizacional.


El emprender me acerca a descubrir mis propósitos y verdades personales.


Mi papa tiene 64 años. Junto a su socio tienen la distribución exclusiva de Sustentator en Entre Ríos. La marca se llama LG Energías Renovables. Por otro lado, mi mamá, hace algunos años, crea y elabora su propia bijouterie; ella también tiene 64 años.


Los planos están cambiando. En palabras de Foucault “…la historia de una ciencia ya no será la simple memoria de sus errores pasados, o de sus medias verdades, sino que será el análisis de sus condiciones de existencia, de sus leyes de funcionamiento, y de sus reglas de transformación”.


¿Cuál es el concepto de emprender que irás a elegir?
¿Cuáles son tus sueños?
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